Trabaja como Agente Exclusivo de SegurCaixa Adeslas

Únete

La importancia de los comerciales en la historia

Aunque a lo largo de los siglos el nombre de los que se dedican a vender productos y servicios ha sufrido innumerables variaciones, la actividad que realizan los profesionales a los que ahora denominamos comerciales no es distinta de la del tradicional vendedor.

Los comerciales, o vendedores, son un eslabón fundamental de la actividad empresarial. Son los que dan a conocer los productos y servicios, interactúan con los clientes y obtienen ingresos que luego se traducen en beneficios para el negocio, y en algunos casos, hasta para ellos mismos. Los comerciales son también los que ponen voz y cara a la misión, visión y valores de la empresa.

La historia de los comerciales está inexorablemente unida a la historia del comercio. Aunque el comercio tal y como lo conocemos hoy no comenzó hasta el siglo XX en Estados Unidos, sus orígenes se remontan a la prehistoria.

El comercial, una profesión primitiva

La figura del comercial nació casi al mismo tiempo que la raza humana. Antes de que se descubriese el fuego, los primeros homínidos ya practicaban el trueque. Esta técnica consistía en intercambiar productos. ¿Que tenías carne de caza sobrante? Pues la cambiabas por peces.

Con la aparición del sedentarismo los humanos comenzaron a domesticar animales y vivir de la agricultura, por lo que las actividades comerciales se intensificaron y volvieron más complejas. Ya no solo se intercambiaba carne cruda, sino trigo, cebada, leche o ganado.

Los fenicios fueron los primeros impulsores de la actividad comercial marítima. La privilegiada situación geográfica de este pueblo, que ahora comprendería Israel, Siria, Líbano y Palestina, le llevó a construir embarcaciones para cruzar el Mediterráneo con el fin de llevar sus productos a otras tierras. Entre ellos destacan el incienso, la plata, la canela, el oro, el vino y las piedras preciosas.

Durante esta época surgió también la moneda. Esto supuso el fin del trueque y el comienzo del intercambio de productos por estos metales preciosos a los que se otorgaba un valor previamente consensuado.

Grecia y Roma, sistema monetario y auge del comercio

Lidia, una región situada en la actual Turquía, fue la primera en utilizar las monedas de forma generalizada. Debido a la influencia de la cultura griega en la zona, los expertos consideran a esta área como parte de la civilización helena.

Como en todas las antiguas civilizaciones, el comercio marítimo era el protagonista. Grecia exportaba papiro, especias, metales, lino y aceite de oliva, entre otros productos. Cabe recalcar que el comercio supuso la mitad del total de la riqueza generada en Atenas durante esos años, por lo que la actividad de los comerciales, entonces conocidos como emporoi, fue esencial para la expansión y consolidación del imperio griego.

La Antigua Roma se organizó en torno al comercio. Todas sus ciudades fueron diseñadas para facilitar la venta de productos, con la construcción de calzadas y canales, aunque las rutas marítimas continuaron siendo las más importantes. Su moneda estandarizada y estable no hizo más que contribuir al auge del intercambio de productos.

Tal fue la importancia del comercio en la civilización romana que se creó al dios Mercurio, encargado de proteger a todos los comerciantes, sus clientes y proveedores.

El comercial durante la Edad Media

Durante este período se generalizó el sistema monetario y nacieron los bancos, aunque el comercio sufrió un descenso debido a la inseguridad de las rutas y el modelo autárquico. No obstante, el siglo XII trajo de vuelta la actividad comercial. ¿Por qué? Porque la mejora de las técnicas agrícolas llevó a un exceso de producción que solo abrió dos opciones: el desperdicio o la venta de los productos. Es durante esta época que nacieron los mercaderes, es decir, los comerciales, personas que vendían sus productos de forma ambulante o en las ferias temporales cuya misión era la de captar clientes, fidelizarlos y conseguir beneficios.

La Edad Moderna y el comercio internacional

Durante estos siglos un sector concreto de la población se fue enriqueciendo gracias al comercio, dando así lugar al surgimiento de una nueva clase social: la burguesía. La venta de productos se volvió entonces la principal actividad económica y con ello, los vendedores cobraron más importancia que nunca.

Los nuevos medios de transporte hicieron posible el comercio internacional, lo que hizo que los vendedores comenzaran a trabajar para mayoristas que le otorgaban una comisión por sus ventas.

El comercial del siglo XX

Tras la división y especialización del trabajo que trajo consigo la revolución industrial, comenzó la profesionalización del comercial. Es decir, por primera vez se empezó a contratar a personas que se encargaran específicamente de las ventas.

Estados Unidos fue pionero en el uso de la figura del vendedor. Después de la II Guerra Mundial los empresarios se dieron cuenta de que sus fábricas tenían la capacidad de producir al por mayor, pero no de venderlos en la misma medida. Por ello, los comerciales surgieron como un grupo de profesionales que visitaban clientes con la intención de captarlos, fidelizarlos y obtener la venta de productos.

Ante la amplia oferta de bienes, los comerciales debían aplicar técnicas de persuasión y negociación que hicieran que el cliente se decantara por su producto y no por el de la competencia.

Mucho más que un vendedor

Actualmente al comercial ya no solo se le piden habilidades personales, sino también tecnológicas. El Internet y la posterior globalización han cambiado la forma de vender y aunque el trato con el cliente es igual de importante que antes, el vendedor también debe conocer las nuevas técnicas y métodos que han traído consigo las nuevas tecnologías.

En una época en que la oferta de productos inunda constantemente al posible comprador y que obtener lo que se desea está al alcance de un click, el comercial debe saber cómo llamar la atención del cliente y ofrecerle el producto que mejor se adapte a sus necesidades.

La historia de los comerciales es la historia del mundo. Es imposible concebir el desarrollo económico actual sin la labor de los vendedores, que desde la prehistoria hasta nuestros días han sabido intercambiar sus productos y servicios sacándoles el máximo beneficio, aportando así prosperidad y bienestar a sus comunidades.