La importancia de tener una buena higiene postural. Protege tu salud como autónomo

Es habitual que, tanto en posiciones estáticas, como en situaciones de movimiento, las personas no cumplamos con unos hábitos saludables con los que configurar una correcta higiene postural. Y es que, en determinadas situaciones, realizamos actividades de forma tan brusca que podemos llegar a sufrir lesiones o, incluso, afecciones futuras que se agravarán con el paso del tiempo. Por ello, desde SegurCaixa Adeslas vamos a explicar qué es la higiene postural y la importancia que tiene, así como algunos ejemplos de buenas praxis.

¿Qué es la higiene postural?

La educación postural hace referencia al conjunto de prácticas saludables que las personas deberán desarrollar a la hora de mantener una buena postura en el momento en el que se desempeña una determinada actividad, ya sea de forma estática, o en movimiento. Y es que cuando dormimos y nuestro cuerpo se encuentra en reposo también deberemos cuidar nuestra postura.

El objetivo de cuidar nuestra postura no es otro que el de evitar lesiones, mayoritariamente en la espalda. El adoptar posturas incorrectas o el realizar movimientos bruscos incumpliendo las correctas pautas podrá provocarnos afecciones que tenderán a agravarse con el paso del tiempo.

Ejercicios de higiene postural. Cómo cuidar nuestra posición

Como hemos mencionado anteriormente, una mala higiene postural es sinónimo de lesiones y dolores constantes. Por ello, desde SegurCaixa Adeslas mencionaremos algunos ejercicios con los que mantendremos a salvo nuestra postura a la hora de realizar actividades diarias o esfuerzos físicos concretos.

Higiene postural al dormir

Cuando dormimos es totalmente necesario adoptar una postura que no perjudique ni a nuestra espalda, ni a cualquier otra parte de nuestro cuerpo. La posición más recomendable a la hora de conciliar el sueño será bien la de mantenernos boca arriba, o bien la de ladearnos ligeramente para dormir de costado. En caso contrario, se modificará la curvatura lumbar de la columna y provocaremos una excesiva presión sobre el corazón.

También es aconsejable que cuando durmamos de costado, es decir, ligeramente hacia un lado, introduzcamos una almohada a nivel de las rodillas. De esta manera, se regulará la altura de las caderas y evitaremos lesiones incómodas.

Higiene postural sentado. Trabajos estáticos

Cuando establecemos una correcta higiene postural para estar sentados deberemos tener en cuenta muchos factores: altura de la persona, distancia a la que se encuentran los elementos que vayamos a utilizar, o el tipo de silla, entre otros. A continuación, vamos a mencionar algunas pautas estándar que podrás aplicar de forma sencilla para tener una buena higiene postural en la oficina o en el puesto de trabajo.

• Altura de la silla. La silla deberá estar a una altura que te permita apoyar los pies al suelo y mantener las rodillas al mismo nivel al que se encuentre la cadera. Su respaldo tendrá que respetar las curvaturas naturales de la espalda, principalmente la curvatura lumbar. Las rodillas y las caderas deberán adoptar una postura con la que formen un ángulo de 90 grados.
• Es recomendable que la persona que trabaje sentado se levante cada 50 minutos para caminar durante cinco minutos. La pantalla deberá estar delante de los ojos y encontrarse a una distancia de, aproximadamente, unos 45 centímetros.
• La iluminación deberá ser lo más natural posible, evitando los brillos o reflejos en la pantalla.

Higiene postural para trabajos en movimiento

La higiene corporal a la hora de realizar trabajos en movimiento también es imprescindible. Algunas de las praxis recomendadas son:

• Cuando tengamos que levantar una carga que se encuentre en el suelo, flexionaremos las rodillas y mantendremos la espalda recta. Los pies estarán ligeramente separados. No realizaremos movimientos bruscos para evitar lesiones. Mantendremos las cargas pegadas al pecho para realizar el menor esfuerzo posible.
• En altura, la extensión de los brazos a la hora de alcanzar el objeto no deberá estar ni por encima, ni por debajo de los hombros. Si vemos que el movimiento va a ser forzado o brusco, recurriremos a una escalera para conseguir la correcta posición previa al movimiento.

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